Huesca la magia
De cualquier manera, lo que queremos es que disfrutes de la Magia de Huesca, seguros de que te gustará y repetirás. Porque Huesca, tiene magia.
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Descubrir la Ruta Gravel en los Monegros
¿Con ganas de hacer algo de ejercicio? ¿Qué tal ir hasta los Monegros para hacer BTT? La Diputación de Huesca ha puesto en marcha hasta seis centros de bicicleta, cada uno de ellos especializado en una modalidad. El paisaje estepario de Los Monegros es el escenario perfecto para las grável, bicicletas similares a las de carretera, con ruedas más anchas y cuadros más robustos y altos. Son perfectas para descubrir cómo el desierto se abre de forma caprichosa y espectacular en el barranco de Escorihuela.
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Los sobrecogedores paisajes de la Ruta Jubierre
A pocos kilómetros de Villanueva de Sigena, entre varios municipios como el de Castejón de Monegros, se encuentra una de las zonas más espectaculares de la provincia de Huesca, la Ruta Jubierre. Sus sobrecogedores paisajes son fruto de la intensa erosión que ha dado lugar a todo tipo de relieves y formas insulares, como el Tozal de la Cobeta. Este territorio espera al visitante para ofrecerle curiosas modalidades de alojamiento y ocio especializadas en el alojamiento también de los ciclistas de estas rutas. Y con interesantes propuestas gastronómicas que ayudan a reponer fuerzas deleitando el paladar.
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El arte y la historia de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes
El arte y la historia se dan la mano en la Cartuja de Nuestra Señora de Las Fuentes, el primer monasterio cartujano fundado en el Reino de Aragón. Esta sobria construcción acoge más de 2.400 metros cuadrados de pinturas al fresco pintadas por el cuñado de Goya y monje de esta comunidad, Fray Manuel Bayeu, durante sus 30 años de estancia en este fantástico enclave de la provincia de Huesca, que tiene su magia.
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Gamueta, el mayor conjunto de árboles monumentales del Pirineo aragonés
En el norte de Huesca, en el valle de Ansó, se encuentra Gamueta, el mayor bosque de hayas y abetos de todo el Pirineo aragonés. Este refugio para animales y plantas en peligro de extinción reúne el mayor conjunto de árboles monumentales de Aragón.
Por otro lado, el Parque Natural de los Valles Occidentales tiene una extensión de 27.000 hectáreas. Recorrer sus senderos es un placer que se puede completar con el sabor de la gastronomía tradicional de los restaurantes de la población de Ansó y su entorno. Platos como las judías, las migas, los guisos de caza y el cordero son sus señas de identidad. -
Ansó, uno de los pueblos más bonitos de España
El viajero también encontrará el gusto por la tradición recorriendo el casco antiguo de Ansó, reconocido como uno de los Pueblos más Bonitos de España. Esta localidad conserva además uno de los trajes tradicionales más antiguos de Europa, y que se puede contemplar visitando el Museo del Traje Ansotano que nos desvela su interesante historia.
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Recorrer la ruta de las iglesias de Serralbo
En el centro de la provincia se encuentra la ruta de las Iglesias de Serrablo, 17 en total y que están construidas en los siglos X y XI, con una fusión de elementos lombardos, románicos y mozárabes. El ejemplo más destacado es la iglesia de San Pedro de Larrede, la única con planta de cruz latina. Para dar con otro ejemplo similar y dispar al mismo tiempo, el viajero puede visitar y contemplar San Juan de Busa, una iglesia exenta y ubicado en un valle glaciar con unas vistas privilegiadas del Pirineo oscense. El viajero podrá reponer fuerzas en establecimientos con encanto que ofrecerán descanso y una cuidada gastronomía entre sus perdurables muros.
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Turismo cultural por los museos de la provincia de Huesca
Más de 3.000 obras acoge el Museo de Dibujo de Julio Gavín en el Castillo de Larrés. Este edificio bajomedieval expone un total de 350 dibujos, entre ellos, algunos de Dalí y de Zuloaga. No falta un espacio dedicado al cómic y al humor con obras de Ibáñez y Mingote. Para conocer la historia cotidiana de las gentes de esta parte de la provincia, en Sabiñánigo abrió sus puertas el Museo Ángel Orensanz y Artes del Serrablo, un centro etnográfico que muestra los muebles, enseres y herramientas que permitieron durante años a estos hombres y mujeres salir adelante en un medio, a menudo, duro y hostil.